Historia del Grupo HD

Andrés Domínguez , Consejero Delegado de Grupo HD

Todas las grandes historias merecen ser contadas...

La historia de Grupo HD es la historia de todos los que me enseñaron que el esfuerzo, la humildad y el cariño son la clave del éxito. Pero si de alguien tiene que hablar esta historia es de mis abuelos: Abraham y por supuesto, mi abuela, la Yaya Esperanza.

Corrían los años finales de la década de los 40 y Gran Canaria estaba convirtiéndose en un estandarte portuario muy importante para el país. Fue en ese momento cuando se inició nuestra historia en el entrañable barrio de Schamann.

Un inicio humilde

Mis abuelos, dueños de unos cultivos en el municipio de Teror, vieron la oportunidad de vender lo que generaban las tierras del centro de la isla en la capital, y así fue como nuestra familia se unió definitivamente al gremio de los comerciantes. Vendiendo sus cosechas en un pequeño local de la calle Pio Coronado de Schamann, barrio que se caracterizaba por acoger a las familias norteñas que habían decidido ir a probar suerte a la ciudad.

Con esos primeros viajes entre Teror y Las Palmas de Gran Canaria, mi abuelo Abraham y mi Yaya Esperanza pusieron la primera piedra de lo que a día de hoy es el Grupo HD. Ellos comenzaron con todo el esfuerzo y la ilusión con la que una modesta familia empieza su primer proyecto. Abrieron una pequeña tienda de aceite y vinagre que fue el escenario en el que mi padre y mis tíos se criaron, envueltos en una atmósfera de amor, tradición, mucho esfuerzo y confianza.

Mi tío José Abraham, mi padre Andrés, y mi tía Obdulia que era aún un bebé,  comenzaron a ser parte de la cara visible de un pequeño bazar capitalino que se ganó la confianza de los vecinos. Pero no pasó mucho tiempo hasta que la muerte de mi abuelo Abraham vino a cambiar la historia de todos. Mi abuela se vio sola con dos jóvenes y una niña muy pequeña, y la matriarca de la familia, la Yaya Esperanza, sacó adelante la empresa y a sus tres hijos con todas las fuerzas que le quedaban.

Mi tío y mi padre aprendieron rápido a gestionar la tienda mientras Obdulia crecía bajo la atenta mira de mi abuela, de sus hermanos y de todos los que por allí pasaban, ya que según cuentan, Obdulia prácticamente aprendió a caminar entre clientes, productos y el mostrador de mis abuelos.

Dicen que cuando vemos día tras día una forma de vida, esta se convierte en un mantra, y así fue como mi familia aprendió a trabajar unida. 

El mensaje que a día de hoy representa al Grupo HD; "una gran compañía formada por equipos de profesionales que funcionan como una familia", nació en esta tienda.  Y es que con el esfuerzo, el cariño y la dedicación, de José Abraham y de mi padre Andrés, se consiguió transformar una sencilla tienda de aceite y vinagre, en lo que poco después fue el primer supermercado Hermanos Domínguez. 

En la década de los 70, nuestra ciudad se estaba consolidando como un importante foco del comercio internacional. Los bazares apostaban por ampliar sus catálogos con productos importados desde el extranjero. Los productos latinoamericanos estaban entrando con fuerza en las casas canarias. Y obviamente, para quién se ha criado en la venta de productos locales era un momento de crecimiento que no se podía desaprovechar.

Un crecimiento espectacular

Fue entonces, en 1974, cuando crearon el primer supermercado. El negocio creció de manera exponencial, cautivando a un gran número de personas que acudían al supermercado seducidos por los precios y la calidad de productos que se ofrecían allí. 

Y entre “venta y venta” también hizo aparición el amor. Mi madre, Consuelo y mi tía Carmen se unieron a la familia casándose con Andrés y José Abraham respectivamente. Ellas fueron parte activa desde el primer momento del crecimiento de la empresa. Así como mi tío Francisco que se casó con Obdulia y se unió a la labor de hacer crecer la empresa familiar. Todos ellos no dudaron en trabajar incansablemente para consolidar la compañía, y la tercera generación de Domínguez no tardó en llegar. 

En 1985, los 900 metros cuadrados del supermercado vieron nacer otro proyecto: el primer HiperDino de la isla.

Ubicado en el barrio de Miller Bajo, sus más de 3.000 metros cuadrados fueron mi casa y todo aquel que estaba en ella era parte de la familia con la que pasaba el día a día. En los 80, la ciudad era una realidad que olía ya a Europa por los cuatro costados.

YUDAYA entra en juego

El sur de la isla estaba viviendo una explosión del turismo y esto conllevó que la importación fuera cada vez mayor y es a finales de esta década cuando se funda YUDAYA, en 1988, la sociedad que dará forma a Grupo HD. 

Con este paso adelante, y viendo la oportunidad que tenía mi familia de entrar de lleno en el mundo inmobiliario, comenzaron a crear lo que hoy en día es uno de los centros comerciales más importantes del archipiélago: el Centro Comercial Las Arenas.

En ese momento de nuestra historia es cuando entra una persona clave para nuestra familia e imprescindible para entender nuestro desarrollo empresarial. Javier Puga Santana. 

Por aquel entonces Javier era un auditor canario con experiencia en el mundo de fusiones y adquisiciones a nivel internacional, y entró a formar parte del equipo con una fuerza arrolladora. En seguida su carácter abierto y mediador hizo que se convirtiera en la mano derecha de mi padre y de mi tío, y no tardó nada  en ocupar el puesto de director gerente de la nueva rama inmobiliaria dando muy buenos resultados en muy poco tiempo. Poco después ocupó la subdirección general del Grupo (alimentación e inmobiliaria), y hoy en día es un referente como CEO y como empresario para todos.

Seguimos en los noventa, momento de esplendor del turismo en Canarias. Y con él, tanto mi tío como mi padre decidieron vender HiperDino en 1996, y centrar sus objetivos en el cambio de paradigma inmobiliario que se estaba viviendo en la isla. En aquel entonces ellos contaban con tres supermercados y el fondo de inversión Vista Capital, participado por el Banco Santander, los compró a través de la sociedad Superdiplo, que ya era propietaria de otros establecimientos fuera de las islas.

A por el sector hotelero

En 1997 deciden comprar el Hotel Parque Cristóbal en Gran Canaria y el Aparthotel Las Arenas en Costa Teguise. Más tarde adquieren terrenos en Playa Blanca con el objetivo de crear un hotel y un "pueblo marinero". Mi tío y mi padre cierran el círculo en 1999 comprando el otro Hotel Parque Cristóbal, esta vez en Tenerife. A pesar de la compra, determinaron que otros empresarios continuaran explotándolos. Durante la década de los 90, el turismo en Canarias se consolidó como la principal fuente de riqueza económica de la comunidad autónoma. 

Aquella tienda de aceite y vinagre fue la piedra con la que empezó a edificarse Grupo HD. Y los hijos del abuelo Abraham y la Yaya Esperanza mantuvieron ese espíritu en cada una de las decisiones que tomaban, y pronto los hoteles comenzaron a dar buenos resultados. El salto vendría en 2004 cuando el Grupo HD comenzó a explotar directamente los hoteles que años atrás habían adquirido. Así fue como en ese mismo año la andadura del sector hotelero comenzó con la apertura del hotel HD Pueblo Marinero en Playa Blanca, Lanzarote. Una isla que, a pesar de llegar más tarde que Gran Canaria y Tenerife al panorama turístico, ya mostraba signos del excelente destino que es ahora. Solo un año después, se hace lo mismo con los dos Parque Cristóbal, tanto el de Gran Canaria como el de Tenerife. 

A principio de la primera década del 2000 ya Canarias estaba consolidada como uno de los mejores destinos turísticos del planeta y en 2011, comienzan las reformas del Aparthotel Las Arenas en Lanzarote, que se renombran como hotel HD Beach Resort & Spa, provocando un cambio de enorme calado dentro de la compañía.

En los años siguientes la crisis inmobiliaria dejó lastradas a millones de familias porque muchos de los negocios no habían logrado sobrevivir a esa debacle mundial. Pero Abraham y Esperanza forjaron un mantra familiar: esfuerzo, esfuerzo y esfuerzo. En aquel momento, los hoteles vieron como la pensión completa se postulaba como una tarifa ideal para esas familias que tomaban la decisión de viajar en sus vacaciones y nosotros apostamos fuerte por ello. 

“La familia” siempre lo había sido todo para nosotros, y no me refiero solo a los lazos de sangres, sino al “concepto de familia”.  Algo que permanece vivo y que se expandió hacia el equipo humano que trabajaba junto a nosotros, y también a nuestra forma de entender al cliente. Siempre familia.

Vuelta a los orígenes

Puede que este sentimiento fuera el que nos llevó a recomprar en 2011 Dinosol. En noviembre de ese año, los Hermanos Domínguez y Javier Puga, adquirieron la empresa con mucho esfuerzo y trabajo de despachos, y desde ese momento comienza con fuerza nuestra expansión.

Alejados por más de 15 años de nuestros orígenes, era el momento de recuperar lo que nos dio la seña de identidad, de cerrar el círculo. Un círculo que a día de hoy lo componen más de 228 establecimientos de distribución por toda Canarias, además del supermercado online hiperdino.es y de las tiendas DinoShop.

El resultado del trabajo, la cultura del esfuerzo y la pasión de Abraham y Esperanza junto con el sueño de dos niños que se criaron en una tienda de aceite y vinagre en la calle Pío Coronado es lo que nos ha traído hasta aquí. A día de hoy, la tercera generación tiene un papel crucial: hacer crecer el legado familiar para entregarlo mañana en nombre de nuestros antepasados a las siguientes generaciones. 

Un futuro esperanzador

Desde ese momento (2011) hasta hoy, podemos narrar 9 años de trabajo duro, crecimiento y expansión, con historias importantes como la evolución de HiperDino y sus marcas. La creación de la Fundación DinoSol. La construcción y gestión Alisios, el mayor centro comercial de toda Canarias. La digitalización de la empresa. Las reformas hoteleras. La compra del hotel Acuario LifeStyle en Las Palmas de Gran Canaria…  Y así llegamos a nuestro momento presente. En donde el COVID 19 ha venido a ponernos a prueba como sociedad. 

Hemos aprendido que en la adversidad los valores cobran importancia. Los momentos que hemos vivido este 2020 nos han hecho reflexionar sobre lo que somos y lo que queremos ser. En estos momentos complejos, es cuando los valores son cruciales y los nuestros son los mismos valores que había en los orígenes del grupo, en aquella tienda de aceite y vinagre que mi familia abrió en Schamann en 1947. Los mismos que nuestros abuelos Abraham y Esperanza nos inculcaron. 

Al volver la vista al pasado nos hemos dado cuenta con orgullo de que todas las unidades de negocio del Grupo HD conservan y comparten estos valores. Ellos son los que guían nuestras acciones y nuestra relación con nuestros clientes, nuestros proveedores y por supuesto, con todos los empleados del grupo. Esa gran familia que conformamos todos.  

Desde aquella tienda de aceite y vinagre hemos crecido, y mucho, convirtiéndonos en la gran familia que somos ahora. Una familia con más de 8.400 componentes, con desarrollo en sectores tan diversos como la alimentación, el turismo, la gestión inmobiliaria o la innovación. Ahora más que nunca queremos mostrarnos como un grupo fuerte y unido que mantiene sus valores de responsabilidad con la sociedad canaria. Porque la historia de Grupo HD se escribe de la mano de la sociedad canaria que tanto amamos.

Seguiremos trabajando para preservar nuestras marcas y el empleo que generan, y lo haremos como siempre, como una familia. Con respeto, responsabilidad, dedicación y compromiso, tal y como le gustaría ver mis abuelos. 

#SomosGrupoHD

 

Andrés Domínguez

Consejero Delegado de Grupo HD

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